El fuego tomo viento
y con voracidad
borracha de soltar
poderes inútiles
multiplicó un infierno
que padeciste
como cada Ser
desde la frágil
y desesperada
condición quemante
de la nada.
Que lo negro
de los cerros
y quebradas
cure devastación
en el tiempo
que siempre trae
el pajareo del verde
y todas
las propias tonalidades
del respirar
lo fresco
lo bueno
mientras jarillea
el amado paisaje
de nuestra andina
esencia que mira
o sube El Arco.