La lluvia amansa
con su silabario
de agua calmada
a los agobios
entre sequedades
que rugieron
desde el calor
y los relámpagos
declaran a la noche
certezas del cielo.
Mientras tanto
sigue sucediendo
el dolor
como la dicha
en la cercanía
de lo lejano
o aquí al borde
de nuestras manos.
La muerte se lleva
a Quien
venció a déspotas
Una Gatita Negra
sigue perdida
El dormir alivia
a tanta buena gente
que trabajó el día
o se encontró
hermosamente
en lo descalzo
de un nuevo hogar.
Llueve y tiene voz
la caída sobre un techo
que sostiene cautivando
a oídos insomnes
confiados en la voluntad
de los truenos.