En la plaza de mi barrio
vi por primera vez
anteayer
una fantástica madeja
con que la vida teje
espontáneos juegos
para negar la orfandad
de su sentido.
En la plaza de mi barrio
vi por primera vez
anteayer
una fantástica madeja
con que la vida teje
espontáneos juegos
para negar la orfandad
de su sentido.