A Patito Graziano
Camina las calles
con el peso
de un hogar
que lo ignora
y golpea el paso
de su edad
tan vulnerable
como el encanecer
que no identifica
el afán
tras la inocencia
en búsqueda
de lo que no lastime
ante tanta intemperie
al desnudo
que la humanidad
tiene de inhumano
y que sólo alivia
lo desvalido
la aparición confiable
amorosa de Hadas
tan reales
como cierto es
que mañana
veremos otra vez
al sol.