a Jorge Julio López
Testigo clave en el juicio a un genocida,
es desaparecido el 18 de septiembre de 2006 en Buenos Aires.
El rojo rosal es cadencia
de elocuente alegoría.
Y las aguas de nieve
encaraman sentencias,
palpar sus levedades.
En la sazón de los aromas
liba nuestro confiar
en el conjuro de cada retoño.
La pluralidad del verde
con su prédica de sosiegos
asevera la realeza
de la primavera.
Montaraz señal
alienta su grafía
en el himno de las aves
que mitiga el espanto
por unos instantes.
Ha vuelto lo sombrío, lo infausto.
La afrenta es una suma infame
otro desaparecido
estigma la potestad de la democracia.
Otra cuchillada a la llaneza honrosa,
a la equidad que nos reconoce humanos.