Pacheco Buenos Aires
11 diciembre 2023
Cubre las cuerdas
y más el alma
del violonchello
sus maderas
curvaturas sublimes
de sonidos
que alguna vez
me atravesaron
y no sólo a mí.
Así por la mano
de quien
lo sostiene
como un techo
que salva
a la vera
de una calle
enmarcada por rejas
quizás un farol
y alguien
ante un cuadro
que se llueve
cuando el agua
sabia de caídas
se acuesta
en el suelo.
Así se cumple
con cuidar
un espacio
en la intemperie
por el amor
a la música
aguardando
frente a escalones
la brevedad
de una espera
un tiempo preciso
para leer
cartas de lluvia
y gestos detenidos
como en toda foto
al amparo
emparejado
ante la pintura
que reside
en el justo lugar
donde el sentido
de mirar encuentra
afinado el vibrato
por una escena
imposible no admirar.