Pintura: Graham Gercken
Si nos pudiéramos pintar
a nuestro antojo
cada vez
empezando por la mirada
y que muy dentro
busque orígenes
trazando mapas
para continuar
por senderos confiables
sin estridencias
pero sin decaer,
elegiría los colores
del persistir
y los del irse
sin dolor,
los que animen
a quienes saben mirar.