Un Día
de la Niña,
Niño,
Niñe
es tan sólo
el cascabel
que suena
con alegria
de significar
el tesoro
del universo,
la infancia
y el volver
tras los pasos
de ella
cada día
a la ternura
que hace sonreír
por algún dulzor
que aún sorprende
desde el cajón
donde se buscan
piezas sobrevivientes
del rompecabezas
de aquel tiempo
que nos hizo
inmunes
a las canalladas
de turno
y nos dejó
como triunfo
del juego
que nos creaba
cada vez
y todas las veces
esa preciosa medalla
del sol en la cara
que no deja
de brillar
en cada recuerdo.


