Ser sintiendo
el aire cordillerano
en el correr del agua
que se lleva
entre las piedras
los agujeros
de algunas ausencias
mientras se escucha
el silencio único
aparecedor de cóndores
planeando
sobre y dentro
de mi cabeza.
Ser por mirarla
esa flor
que orilla
la plenitud
con la potencia
de su color
entre alturas.
Y quedarse
en algún cuarzo
donde se posen
los zorzales
para ver Al Plata
que seguirá estando
en el deshielo
de la partida.