Gracias por la Fotografía Al Querido Chimi Ríos!
La niebla de la pobreza
a veces deja ver
en la descarnada
brutalidad de la calle
la pena más grande.
Niños ruedan
con una carreta de mano
y la tos de oscura cueva
de Uno de Ellos
amasada de invierno
y confidente de abandono
es la ruina de intentos
si los hubiera
de algún juego
del sonreír a la gracia
de estar creciendo.
Ver y escuchar
por la proximidad del paso
nunca es casual,
el desastre en una escena
de este mundo cachetazo
donde alguien les grita
que no rompan
las bolsas de basura
porque ensucian,
es leer la perversidad
afinada a la perfección
del hambre del desamparo
de este sistema que tapa
la amanecida de la infancia
y la vuelve desperdicio,
pero hay testigos
somos tantos
reuniendo horizontes
que revolucionan
y nutren certezas
porque lo bueno
está allí como el sol
que limpia la noche
y abraza siempre abraza.