a Martha Vilieri y Julio Ochoa
Hay casas que son lámparas
en la esquina de un tiempo
sabio por la amistad
del amparo y el deleite
que cabe en una gran piedra
como noria de templanzas
desde un costado del jardín
siendo ramo de cosmos
celebrando ser testigo
de lo que palpan
pinos, liquidámbares,
robles, fresno,
alcornoque, hiedras,
cedro azul, álamos,
ciruelo rojo
y retamos
en gravidez tan amarilla
y perfume en diálogo
con la intensidad
que ilusionan al sentido
de vivir siendo confidente
del estar apacibles
donde han bordado alegrías
junto al hogar encendido
con cariños que no apagan
sus generosos leños
y en círculo se abraza
la beldad de cumbres
que maceran fuera y dentro
de paredes y pinturas
interpretando lo cristalino
del arroyo y sus cuarzos.