Por las maneras frutales
con que la vida
nos va acorazonando
a través de claroscuros
para ser desde la piel
hasta el carozo
de lo que nos salva
entre quienes somos
tiempo legado
y en labrantía
desde troncales virtudes
para refugiamos
en el faro de los deseos
con la gratitud
que talla madrugadas
preñadas siempre
de lo bueno.