A Facundo Astudillo Castro
En el mapa de tomarle el pulso
a los puntos suspensivos
de lo terrible
que no deja de pasar
nos paramos en el acento
ciertamente humano,
allí se ancla
el tiempo y lugar
donde la memoria
sabe erguirse
hasta escribir en la pizarra
que nada ni nadie borre
lo que aprendemos
para siempre
porque la vida
nos pide hallar
lo rotundo
de su suerte
entre talismanes
y recuerdos
sin perder coraje
ni decencia
cada vez
que nos mienten.