Al Sol
enlunado nuestras anclas
para levar energías
que no ocultan
la bienhechora desobediencia
de la capitana Rackete
salvando vidas en el mar.
Al Sol
de su libertad
y del migrar como aves
con manifiesta vivacidad.
Al Sol
de los besos valientes
en los propicios momentos
que se tiran por la borda
amarras mentirosas,
nada tape al retrato
de ser noche en el día
para ver al astro
de la felicidad.
Al Sol
desde los círculos
anillos de mundos
en que las distancias
no se cierran
y el cielo se nos vuelve
un testimonio de lo bueno
que debe pasar.