Es un grato escándalo
el aletear que avisa
desde la escucha
al llegar
improvisando
porque es improvisación
sin serlo
su rotunda presencia
en instantes
donde lo prodigioso
es verlo
en el aire
de la sorpresa
diamantado de color
y volviéndonos
dicha en lo repentino
cuando toma posición
frente a nuestra mirada
sosteniendo el alma
de Quien regresa
en su visita
desde lo originario
y más allá.