a María Concepción, La Pili
Si vinieras ahora
a mojarnos los ojos
terminaríamos de despertar
con tu trinar en la mirada
para sentir olores
como el de escuela
y sacarte de lo invisible
llevándonos otra vez
a escuchar tu voz
una manera de cumplir
con las letras
que nos dejaste
como talismanes
entre la dulce nostalgia
de algunos rincones
de algunos objetos
que se volvieron torpes
sin el palomear
de tus prolijas manos.
Por el infinito
de las aguas de nieve
por la fotografía
de las películas amadas
por todo aquello
que hará cansar a la muerte
y se irá
anda la vida
estrenando un bello vestido
siempre dispuesta
al convite de levantarnos
y salir a caminar
sonriendo a tu sonrisa
intacta brújula
que nos salva
aunque nos perdamos.