Caminaste con el revés
de los relojes
que dan razón
a la búsqueda imperecedera
por más de cuarenta años
siendo pañuelo
sí pañuelos del aire,
ese ramo de calas
pintado por Rivera,
así las amadas presencias
los jueves de encuentro.
Madre con madre
es plaza izada
de pasos valientes
memorando historias
que engrandecen
por sus hijos
por sus hijas
por el pulso
de parir sentidos
ante la nada
enemiga de la vida.
Tu ronda Agustina
aletea entre el porvenir
que las palomas
al dar vueltas
entre los árboles
testigos de la verdad
nos dejan ver,
allí tu tiempo sostenido
por lo justo,
el albor que siempre
te nombrará.