La elocuencia de que todo
va a brotar
macerado por un tiempo
que tiene apego
a las brasas dando compañía
cuando tanto se cansó
o ya partió.
Es la exacta medida
con que mi padre
recuerda lo que es punta de iceberg
como lo que está sumergido
y es templanza
esa prodigiosa música
significando los silencios
que conversan con los duendes
sus noventa y un años
arraigados a lo que fue
pero también al hilo
que queda en el carretel.