11-11-12
a La PILI
Con el polen de su humildad
en el ombligo de quererla
celebramos sus años.
Por eso el frescor fue su día
entre sorbos de añejos dulzores.
Impecables risas,
prodigiosos lunares del encuentro
ante indios ojos
tramados desde la terneza
por su condición
de bondadosa muchacha,
sabia en cumplir vida
espejando joviales ecos.
Cada instante bregó
por ser enredaderalegre
para abrazar lo alto
de su merecer.
Vestida por la marea
que el amor embellece,
dichosa en la maga raíz
del agradecer
se volvió árbol
para que en sus ramas
sostuviéramos el canto.