Ahí quedó en la morera
tu mirar de alturas
agradecido de caricias
nos veías como somos
porque sólo ustedes
siento que pueden
desde bondades
multiplicadas
en miradas
que mueven la cola
a lo detenido
con lengüetazos
y ladridos.
Y Vos
por la hermosura
de ser enorme
ser de ternuras
estás Beethoven
te quedaste
en los rincones
y costumbres
donde abandonamos
no sólo las manos
que buscan tu amada
cabeza del mundo.