En la brújula
de mi tierra
el agua nos mide
como el aire
lo que somos
por eso miramos
las costillas azules
de la cordillera
que suele mover
sus raíces
para sustentar
el horizonte
y darnos siempre
estatura andina
para no olvidar
que cada gota
se defiende de pie
y codo a codo
por los ríos
de quienes acequian
la verdad en las calles
para que no envenenen
la sed
ni el sol
arbolado en la historia
fiel como vino
de encuentro
y por los días
que vendrán
nuestro norte y sur
honra deshielos
que dan de beber.