Y bailamos
que es una manera
de ser y estar felices
bailamos sin bailar
pero bailamos
cuando escuchamos
con el mirar
la tranquilidad
la respiración
que es latido
de Quien persevera
en las venturas
y desventuras
del vivir
por querer el júbilo
y hasta los absurdos
de este mundo
donde amorosamente
es Roble
y su tronco
de tangos y trenes
sigue dándonos azahares
para el diario devenir
desde la cofradía
donde alimonados
los vigores nos hermanan
entre quietudes
y cedrones de su patio
Él así nos aparrala
como la presencia
de Quien siempre
es alegría del hogar
entre delicadezas invisibles
que lo siguen
invitando a bailar
como en aquellos años
que ya no importa
como fueron.